En 2014, y tras la tediosa J. Edgar, el actor y director Clint Eastwood cambió de tercio para contarnos la historia de unos chicos humildes que llegaron al estrellato. Un musical ambientado en los años 50, con el que rinde homenaje a una de sus pasiones, la música. Recordar que en su juventud protagonizó La Leyenda de la Ciudad Sin Nombre junto a Lee Marvin donde en vez de pegar tiros, cantaban y bailaban.
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